viernes, 16 de febrero de 2007

"Perdí..."


El pasado miércoles, viendo el programa Tercer Grado, me enteré de una reciente publicación que revela detalles importantes sobre las reacciones que tuvo Andrés Manuel López Obrador durante la jornada electoral de los comicios federales del 2 de julio del año pasado. Se trata del libro titulado 2 de Julio: La Crónica minuto a minuto del día más importante de nuestra historia contemporánea, de Carlos Tello.

En dicho libro, el escritor afirma, sustentado en diversos testimonios, que López Obrador estaba consciente de que había perdido la elección y que, incluso, manifestó su derrota frente a tres colaboradores cercanos a él -entre ellos su incondicional Federico Arreola-, con esta sencilla pero contundente palabra: "Perdí".

Asimismo, explica que el entonces candidato perredista recibió datos de su encuestadora oficial durante la campaña, Ana Cristina Covarrubias, con los que le hacía saber que se encontraba abajo de Felipe Calderón, según sus propias encuestas de salida. No obstante, esa misma noche y con un semblante desencajado, AMLO se presentó frente a la cámaras para proclamar su triunfo con una ventaja de 500 mil votos sobre Calderón.

Lo que vino después lo conocemos todos: una estrategia postelectoral en la que, apoyado por la maquinaria perredista, denunció un supuesto fraude electoral y desacreditó a ciudadanos, partidos políticos, funcionarios del IFE y al mismo TRIFE. Después vino la toma del zócalo de la ciudad de México y un sinfín de estupideces que sólo terminaron por desgastar su imagen pública.

Cabe mencionar que la misma Covarrubias (quien antes de las elecciones permaneció en el anonimato), reveló públicamente que López Obrador sabía que sus propias encuestas previas a la jornada electoral lo colocaban en un empate técnico con Felipe Calderón, así como que el mismo día de la elección éstas confirmaron su derrota.

Pero este no es el único libro sobre el 2 de julio. "La Victoria que no fue. López Obrador: entre la guerra sucia y la soberbia", de Alejandro Almazán y Óscar Camacho, es resultado de una investigación que tuvo como finalidad demostrar el supuesto fraude electoral que denunciaba nuestro amigo el pejejín. Los autores admiten haber votado por él y ser simpatizantes perredistas.

Lo interesante de esta investigación es que al tiempo de haber recabado suficiente información, Almazán y Camacho llegan a la conclusión de que la derrota de su candidato se debió a errores propios de campaña y a la guerra sucia de sus opositores (la cual se da en todos los países como estrategia electoral, y en la que por cierto también cayó el PRD), y no a un megafraude electoral.

Lamentablemente, hoy en día todavía hay muchas personas que se creen el cuento del fraude (¿verdad, quilín?), y López Obrador sigue siendo el personaje más influyente dentro del partido del Sol Azteca. Así pasa cuando sucede.

Saludos.

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